Mientras anoche llovía copiosamente en la capital contaminadísima de Santiago leía con tranquilidad un libro que recién he comenzado a leer, por lo que no se si es bueno o malo.

De un momento a otro todo ese sonido fuerte y grave de la lluvia cayendo en los techos paró, para dejar en su lugar un silencio que no era tan silencio. Porque dio paso al sonido grave, también, de la ciudad de noche. Porque me gusta pensar que la ciudad tiene vida y todas las noches hace un ruido sordo que muy pocas veces me percato de él. Es parecido al sonido del mar, el de las olas en la noche y en invierno. Pero mal débil, obviamente, pero me gusta imaginarme que estoy en el campo cercano a un río o bien en la playa muy cerca del mar. Es un sonido fuerte pero relajante que te deja dormir en paz.

El sonido de los perros ladrando, el de las bocinas tocando, el de los motores rugiendo, dieron espacio a este sonido del cual hablo. Paren un momento en la noche y sientan tal sonido, es raro y llamativo, pero es agradable.

Ariel_