domingo, mayo 21, 2006

Y eran las 12 de la noche y llegué a m casa, no me había ido a buscar nadie, y pensé y lo hice: salí y fui a buscar a los chicos de siempre. Los encontré de apoco, pero los encontré. No había dinero ni lugar físico para tomar dos míseras cervezas (en un día frío, como que no pega), pero era lo que haba.

Y les dije que nos fuéramos para mi casa, y ahí estaban, mi viejo y mi tío, cual de los dos mas buenos para conversar con gente joven sobre que es lo que nos molesta o nos agrada.

Y ahí se formulo una de las más interesantes noches de invierno que he vivido este contaminado año. Y así fue, hasta las 4 de la mañana conversando como nunca, de política, historias viejas, problemas sociales, anécdotas, etc. Nunca de verdad pude sacarles algún tipo de conversación de política a mis amigos cuando estoy con ellos, pero esa noche fue distinto, se desenvolvieron como nunca. Tenían tantas ganas de ser escuchado por alguien que no viviera su edad, si no que ya hayan vivido tal situaciones anteriormente.

Fue grande mi sorpresa y grande también mi gusto el que disfrutaran tanto con tal conversación. De todas maneras, una gran noche, mezcla de años, experiencias, alcohol, tabaco y frió. ¡Que combinación tan extraña!



Viejo, vale por los 46º y por tan buena conversacion.



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